Spiga

MSN.

Diana dice: -Al fin nos vamos a ver Ricardo, después de tantos años. ¿Qué será de ti? ¿Seguirás siendo tan guapo como en aquellos años? Mientras más sueño, más recuerdo nuestro tiempo juntos, muy corto por lo demás; pero lo suficientemente profundo, como para que nunca nos hayamos olvidado y quedado en nosotros la ilusión de volvernos a ver. Pero esta vez sin un océano de por medio, por cierto. Te espero con tantas ansias. Escucho la canción de Calamaro que nos encantaba. Mientras, me arreglo para la ocasión; esta vez con muchos kilos menos, pero con el mismo acento que te encantaba. Nunca me pareció arreglarme tanto para un encuentro, es que son tantos los años esperándote, que aquí me tienes, con mi mejor vestido, el azul ¿Lo recuerdas? Él que se me estropeó con la lluvia repentina en aquel concierto en esa ciudad, donde nunca se sabía el bendito clima. En fin, me muero por verte. A las 20:00 hrs., te recojo en el aeropuerto y nos iremos tomados de la mano, como cuando me dejaste en el terminal esa vez, donde llovía en nuestras caritas de la pena al tener que separarnos. ¡Al fin llegó el día!

Diana dice: Me dejaste para adentro. La verdad es que no pensé que habías cambiado tanto. De partida, tu vestido se parecía mucho al mío, tanto que casi me pongo a compararlo en medio de la gente. Tu barba dejó espacio para una tersa piel, muy parecida a la mía. Además tu pelo al viento, corto, muy varonil, quedó perdido entre tu melena y rubia cabellera. Tus piernas perfectamente depiladas, no encuentran espacio para el recuerdo, tus uñas largas y pintadas rasguñan los recuerdos, borrando todo. Además, el carmín de tus labios impide que los vuelva a besar. - Creo que no podremos ir tomados de la mano, aquí no se estilan esas cosas-.

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